san josé en el camino de la conversión

Era la primera vez que D. José Ignacio Munilla se acercaba a nuestra ciudad de Almería y ha sido San José quien ha llevado a cabo esta acción.

Apoyado en la carta del Papa Francisco “Patris Corde”, fue desgranando la figura de S. José uno de los santos que más ha intercedido por los hombres, ha sido el santo al que más personas se han encomendado, hasta Antonio Gaudí le encomendó la finalización el templo de la Sagrada Familia.

Explicó que la etimología del nombre de José es “Dios añade”, es decir a través de San José, Dios da más de lo previsto y Santa Teresa es una gran conocedora de esa intercesión.

No en vano es patrono de multitud de colectivos, de países varios, de la Iglesia, del seminario…

En esa búsqueda de la santidad que debemos tener cada uno, Monseñor Munilla propuso la necesidad de sentirse amado como condición para  comenzar el camino de la santidad.

Luego hizo una defensa de la necesidad del referente paterno, que hoy en día se echa de menos, para encontrar esa manera de adecuar nuestro corazón al de Cristo, misericordioso.

Más tarde, hizo hincapié en la importancia fundamental de la obediencia para seguir el camino de la santidad es “lo más determinante en la vida espiritual”, la obediencia de Cristo al Padre fue la que nos salvó en la cruz, y esto lo aprendió de José y María.

La acogida activa también fue abordada por D. José Ignacio, como esa capacidad de acoger los contratiempos que se nos presentan, acoger lo que Dios nos manda en los acontecimientos de la realidad cotidiana. “La santidad supone no evadirnos de la realidad” sino aceptar la voluntad de Dios.

La valentía creativa, es un poner en marcha los talentos y “negociar” con ellos, con la ayuda del Espíritu Santo que es “verdaderamente creativo”. El Papa Benedicto XVI, nos indica que para “crear hay que creer” y somos nosotros los que tenemos que participar activamente en la creación de Dios.

En cuanto al trabajo santificador, nos lleva a ver nuestra cotidianidad como parte del plan salvífico de Dios, ese trabajo al que fue “condenado” el hombre tras la expulsión del paraíso se convierte en camino de redención y por tanto, de santificación.

El último apartado estuvo dedicado a la sombra del padre, en dos aspectos: “estar en la sombra” es decir, no buscar el protagonismo dándoselo al Señor. La otra acepción es "ser la sombra de Dios", ser el que lleve a Dios a los demás. “Probablemente la imagen más cercana de Dios que tienen muchos hombres es tu vida” nos dijo Monseñor Munilla y tener conciencia de que los demás deben ver a Dios a través de nosotros.

 

Grandes palabras las que nos dejó este sucesor de los apóstoles que firmó un cheque en blanco a Dios en su ordenación y el Señor ha puesto una gran cantidad de dones que ha compartido con nosotros.

 

Muchísimas gracias D. José Ignacio por su enseñanza.