En este documento hacemos una breve presentación de los fines y actividades de nuestra asociación. Todo enfocado desde el Carisma propio de Providentia: Amar y servir a la Iglesia. Reformar y convertir dentro de la Iglesia.

 

 Capítulo 1. -Amando a la Iglesia: ¿Qué es Providentia?

 

Providentia es un grupo de cristianos que, respondiendo al compromiso adquirido por su bautismo para con Jesucristo y su Iglesia; conscientes de las crecientes necesidades de la Iglesia en la hora presente y guiados por el deseo de atenderlas adecuadamente; crean esta forma de vida con el propósito de extender la conciencia de pertenecer al Cuerpo Místico de Cristo y de suscitar deseos eficaces de ayuda a nuestra Madre la Iglesia. Nuestra asociación Providentia se hace eco de aquel pasaje que aparece en todos los evangelios y que nos muestra un muchacho que para resolver el hambre de una gran multitud, aportó sus cinco panes y sus dos peces. Hoy, es nuestra Madre la Iglesia la que espera, en la necesidad, el “pan material”, y Providentia quiere poner en manos de Cristo sus cinco panes y sus dos peces para atender a la Iglesia que Él fundó.

 

El texto de S. Mateo (Mt 6,25-34) se convierte en el proyecto a imitar:

 

No estéis agobiados por la vida, pensando qué vais a comer o beber, ni por el cuerpo, pensando con qué os vais a vestir. ¿No vale más la vida que el alimento, y el cuerpo que el vestido? Mirad a los pájaros: ni siembran, ni siegan, ni almacenan y, sin embargo, vuestro Padre celestial los alimenta. ¿No valéis vosotros más que ellos? ¿Quién de vosotros, a fuerza de agobiarse, podrá añadir una hora al tiempo de su vida? ¿Por qué os agobiáis por el vestido? Fijaos cómo crecen los lirios del campo: ni trabajan ni hilan. Y os digo que ni Salomón, en todo su fasto, estaba vestido como uno de ellos. Pues, si a la hierba, que hoy está en el campo y mañana se quema en el horno, Dios la viste así, ¿no hará mucho más por vosotros, gente de poca fe? […]. Sobre todo buscad el reino de Dios y su justicia; lo demás se os dará por añadidura. Por tanto, no os agobiéis por el mañana, porque el mañana traerá su propio agobio. (Mt 6,25-34)

 

Este canto de Mateo a la Providencia, a dejarse en las manos del Padre, es la más bella descripción de la actitud de aquel que ha sentido como Dios llegaba a su vida. Este texto viene precedido, de la aseveración de Cristo: “No podéis servir a Dios y al dinero”. Y esa es la vocación de esta asociación: servir a Dios en su Iglesia, guiados por su mano providente, poniendo cada día todo nuestro empeño por buscar el Reino de Dios y su justicia, para que la Iglesia resplandezca “como los lirios del campo” sabiendo que el Padre en su Providencia dará fruto a esta labor. Providentia, confiando en que su obra será acompañada por la mano providente del Padre, nace con la vocación de servir incondicionalmente a la Iglesia. Es un modo de vida cristiana basada en el servicio y entrega a la Iglesia Católica. Providentia buscará siempre la gloria de Dios y el bien de la Iglesia, animados por el deseo de servir humildemente a las necesidades de la Iglesia Universal, que se hace presente en la porción del pueblo de Dios que es la Iglesia Diocesana.

 

El Espíritu Santo, como guía y aliento de la Santa Iglesia ha ido suscitando a lo largo de su historia, diversos carismas como respuestas a las necesidades de los hombres en cada época. Y en esa corriente provocada por el Espíritu, quiere insertarse Providentia, viviendo su carisma:

 

 “Ecclesiam amare atque semper servire. Refomare et convertere in Ecclesia”, Amar y servir siempre a la Iglesia. Reformar y convertir dentro de la Iglesia”. La Iglesia nacida del costado de Cristo y confiada a Pedro, los apóstoles y sus sucesores.

 

Como figura jurídica, actualmente estamos reconocidos por la Iglesia como una Asociación Privada de Fieles de ámbito diocesano, sin ánimo de lucro, con personalidad jurídica y estatutos aprobados por el obispo de Almería, de conformidad con la Ley de la Iglesia (C. I. C., can. 322; cf. Can 312).

 

Capítulo 2. -Sirviendo a la Iglesia: Fin último de Providentia.

 

Todos los miembros de forma personal y, como asociación están llamados por Cristo a ser santos como Nuestro Padre celestial es Santo. Pero esa santidad que viene de Dios sólo se puede adquirir y lograr a través de la comunión con la Iglesia particular y Universal. Esta comunión lleva a la comunión entre nosotros, a vivir en comunión con las demás asociaciones y a iluminar la sociedad siendo luz que refleje la única Luz.

 

En nuestro interés de reforma debemos hacerlo desde la orientación hacia la Santísima Trinidad:

  • Hacia el Padre, buscando, como hijos, cumplir su voluntad mediante un proceso de conversión continua, en el que por medio de la obediencia perfecta lleguemos a la verdadera libertad.
  • Hacia el Hijo, viviendo junto a Él en comunión íntima y gozosa, para seguir en todo su ejemplo de servicio generoso hacia Dios y hacia los hermanos.
  • Hacia el Espíritu Santo, estando dispuestos a dejarnos conducir y sostener por Él: en nuestro camino espiritual, en la vida de comunión y en la acción apostólica.

Gracias al bautismo, todos poseemos el sacerdocio de continua alabanza a Cristo, cada miembro de Providentia está llamado a llevar la luz al mundo, en cada momento, con su vida.

 

Y, así, los miembros de Providentia se comprometen a mantener una vida de oración responsable, especialmente de intercesión por la Iglesia. Una oración que se realiza en el seno de la familia y también participando activamente en la oración litúrgica: la Santa Misa y su prolongación en la adoración Eucarística.

 

También están llamados a hacer un esfuerzo por la formación personal y comunitaria; a través de lecturas y medios de formación que institucionalmente se ofrecen.

 

Además de la oración y la formación, los miembros de Providentia se comprometen a desempeñar cualquier tarea o misión que les requiera la Iglesia: con prontitud, disponibilidad y entrega, prestando un servicio incondicional a la Iglesia:

  • Con su trabajo y esfuerzo personal.
  • Con una aportación económica que en conciencia estime oportuna.
  • Con su testimonio de vida y con su afán de hacer apostolado.

Para ello se propone a cada miembro: 

 

La oración y participación en los sacramentos. Esto nos lleva a cuidar con esmero y procurar la relación con el Padre a través de la oración y la participación asidua en los sacramentos: Penitencia y Eucaristía. Así pues, además de cumplir con devoción y fidelidad lo mandado por nuestra Madre en este sentido, los miembros de Providentia deben realizar actos de piedad, individuales y en común, por la persona e intenciones del Santo Padre.

 

Formación seria y continuada. Se hace imprescindible, en este momento de la historia, ante los vientos de laicidad que se han levantado, hacerse fuerte en nuestros cimientos. La formación, hoy en día, se vuelve una necesidad para que cada cristiano sepa dar razón de su esperanza. Con tal fin, se propone a cada miembro de Providentia una serie de posibilidades:

 

  • Retiro mensual: Una vez al mes, tenemos un espacio donde profundizar en las cuestiones de la Fe.
  • Charlas de Formación Semanal: Charlas semanales donde se dan pautas de formación católica y se clarifican distintas realidades de la Iglesia.
  • Ejercicios Espirituales: Una vez al año se convoca a los miembros de Providentia a tener un encuentro más sosegado con el Señor para que ilumine su vida.
  • Semana de experiencia Espiritual: Una vez al año los miembros de Providentia tienen la oportunidad de asomarse y compartir el ritmo de oración y trabajo de un monasterio.
  • Testimonio de vida y apostolado. Como se ha resaltado antes, ésta es una labor primordial de todo cristiano, así pues más necesaria si cabe, en aquellos que han sido llamados de forma especial a trabajar en el Reino de Dios, en nuestro caso a través de Providentia.
  • Aportación económica, trabajo y esfuerzo personal. Estas son características propias de la Asociación. Desde la conciencia de cada miembro de Providentia hará libre aportación de su tiempo, sus dones y su esfuerzo. También, con el fin de atender las necesidades económicas de la Iglesia, cada miembro podrá hacer una aportación económica, periódica o puntual.

Capítulo 3.-  Una gran familia: De sus miembros y su labor.

 

Providentia es una gran familia de hermanos nacidos de la misma Madre: La Iglesia Católica, que se alimentan de ella y viven para ella, todo lo que tienen se lo deben a ella, su riqueza y su patrimonio: Jesucristo.

 

Providentia, en definitiva, es un medio sencillo de organizar un servicio eficaz, hábil, prudente y generoso hacia nuestra madre la Iglesia. Esa es nuestra porción del Reino (socorrer y atender las necesidades de la Iglesia) en la que se nos ha invitado a trabajar, con el celo de servir a tan gran Señor, interpretamos nuestra labor en esta institución.

 

De igual forma que todos los miembros del cuerpo son necesarios pero todos distintos, también los miembros de Providentia están llamados a aportar su singularidad para hacer más completa y perfecta la acción de la Iglesia. Cada miembro de Providentia debe ayudar y socorrer las necesidades materiales de Nuestra Madre la Iglesia, tanto con su especialización profesional, como con su aportación económica.

 

Así pues, los miembros de Providentia tienen la vocación del servicio y amor a nuestra Madre la Iglesia, que les lleva a crear lazos de familiaridad unos con otros, buscando apoyos humanos y espirituales en bien de la Iglesia. Providentia quiere ser providente para con la Iglesia desde su silencio y su vida oculta, ya que la protagonista ha de ser siempre la esposa de Cristo.

 

“Y todo lo que realicéis que sea para gloria de Dios Padre”. No es importante el nombre del que sirve, lo importante es la gloria de Dios. Somos siervos y como tales no merecemos salario, la puerta a la Vida Eterna nos la mereció Cristo, Él sí puso su vida en juego por nosotros, que menos que atender su cuerpo llagado que es la Iglesia.

 

Providentia tiene como finalidad general fomentar el amor y el apoyo a la Iglesia Católica, suscitando con ello la colaboración de personas y grupos sociales en orden a subvenir a todas sus necesidades eclesiales, además de otras iniciativas que susciten los obispos diocesanos.

 

Con este fin se aprovecharán los vínculos asociativos para apoyar y respaldar a la Iglesia en medio de esta sociedad tan secularizada y hostil para ella.

 

No obstante también puede ser requerido a un miembro de Providentia aportar sus dones y cualidades para ayudar en las tareas de gobierno de la Asociación u otras actividades que se vean oportunas. Tampoco se debe olvidar que el principal sustento de cada cristiano y en particular los miembros de Providentia es el trato con Dios, en este aspecto se debe cuidar la oración y la práctica asidua de los sacramentos.

 

Y es Pablo, en su carta a los Colosenses (Col 3,12-17) quien nos marca la pauta en el actuar dentro de la Iglesia y esto lo podemos llevar al seno de Providentia:

 

"Como pueblo elegido de Dios, pueblo sacro y amado, sea vuestro uniforme la misericordia entrañable, la bondad, la humildad, la dulzura, la comprensión. Sobrellevaos mutuamente y perdonaos, cuando alguno tenga quejas contra otro. El Señor os ha perdonado: haced vosotros lo mismo. Y por encima de todo esto, el amor, que es el ceñidor de la unidad consumada. Que la paz de Cristo actúe de árbitro en vuestro corazón; a ella habéis sido convocados, en un solo cuerpo . Y celebrad la Acción de Gracias: la palabra de Cristo habite entre vosotros en toda su riqueza; enseñaos unos a otros con toda sabiduría; exhortaos mutuamente. Cantad a Dios, dadle gracias de corazón, con salmos, himnos y cánticos inspirados. Y, todo lo que de palabra o de obra realicéis, sea todo en nombre del Señor Jesús, dando gracias a Dios Padre por medio de él."

 

Capítulo 4.- Desde la sencillez: Como actúa Providentia.

 

Los miembros de Providentia están integrados en unidades de entre 8 y 15 personas. Cada unidad tiene al frente un responsable, cuya tarea es animar y potenciar la vida cristiana de las personas que la forman: rezar por ellas y hacer de trasmisor de noticias, ideas e inquietudes entre las personas de su unidad y el consejo de gobierno. Este responsable se debe caracterizar por su vida intachable y por su fidelidad al Evangelio, celo apostólico y amor a la Iglesia.

 

Actuaciones de Providentia.-

 

Como la finalidad general de Providentia es fomentar el amor y el apoyo a la Iglesia Católica, queremos suscitar la colaboración de personas y distintos grupos sociales.

 

Con este fin, se aprovecharán los vínculos asociativos para apoyar y respaldar a la Iglesia en medio de esta sociedad. Esto se concreta mediante:

 

  • El asesoramiento profesional: jurídico, financiero, económico, técnico… siempre que así sea solicitado por parte de obispados, congregaciones, movimientos, asociaciones públicas y demás entidades eclesiásticas.
  • El trabajo, en todos los campos de la pastoral (catequesis, cursillos prematrimoniales, Caritas, visitas a enfermos, asistencia a encuentros diocesanos, apoyo a campañas diocesanas,…), tanto a nivel parroquial como diocesano.
  • El respaldo a las parroquias más pobres y necesitadas con nuestra presencia, nuestro compromiso fomentando actividades culturales y religiosas, como Escuelas de Padres, Belenes Monumentales, ofreciéndonos a los párrocos para desarrollar las distintas tareas que nos encomienden.
  • La formación de cristianos valientes que sepan dar siempre un testimonio ardiente de su fe y de su pertenencia a la Iglesia. Con este fin, Providentia promueve y fomenta el conocimiento de la doctrina y el Magisterio de la Iglesia, y también anima y favorece la práctica de los sacramentos.
  • Prestamos nuestro apoyo en la gestión del patrimonio propio, con el fin de revertir los beneficios obtenidos en la ayuda y promoción de la Iglesia, tanto Diocesana como Universal.
  • También es importante la recaudación de fondos económicos para sustentar las necesidades de la Iglesia: crear nuevas parroquias, colegios, ayudar a sacerdotes…

 

Capítulo 5 Para Gloria de Dios. De sus actos y celebraciones.-

 

La Virgen de la Providencia. El Concilio Vaticano II, en su constitución "Lumen Gentium" nos recuerda que:

 

“la Virgen María, que según el anuncio del ángel recibió al Verbo de Dios en su corazón y en su cuerpo y entregó la vida al mundo, es conocida y honrada como verdadera Madre de Dios Redentor. Redimida de un modo eminente, en atención a los futuros méritos de su Hijo y a El unida con estrecho e indisoluble vínculo, está enriquecida con esta suma prerrogativa y dignidad: ser la Madre de Dios Hijo y, por tanto, la hija predilecta del Padre y el sagrario del Espíritu Santo; con un don de gracia tan eximia, antecede con mucho a todas las criaturas celestiales y terrenas. Al mismo tiempo ella está unida en la estirpe de Adán con todos los hombres que han de ser salvados; más aún, es verdaderamente madre de los miembros de Cristo por haber cooperado con su amor a que naciesen en la Iglesia los fieles, que son miembros de aquella cabeza, por lo que también es saludada como miembro sobreeminente y del todo singular de la Iglesia, su prototipo y modelo destacadísimo en la fe y caridad y a quien la Iglesia católica, enseñada por el Espíritu Santo, honra con filial afecto de piedad como a Madre amantísima.” Lumen Gentium 53.

 

Así, también nuestra asociación uniéndose a esta verdad que nace en el seno de la Iglesia, propone a María como espejo donde cada uno de sus miembros debe mirarse, en su entrega al mundo desde la fe, en la esperanza y por la caridad. Y veneramos a la Madre de Dios en su advocación de Santa María de la Providencia. Ella que desde el silencio, la fe absoluta y la oración constante, vio crecer a Cristo, sea nuestro modelo de actuación en este momento de la historia. Que nuestra acción callada, llena de confianza en Aquél que nos sostiene, haga crecer a Cristo en nuestro mundo con la ayuda de su gracia maternal.

 

Y así, bajo su patrocinio y su mirada siempre atenta y cariñosa ponemos nuestra institución Providentia. Que ella, que vivió y creyó siempre en la Providencia de Dios, nos ayude a cada uno de nosotros a creer también en la Providencia y a vivir en ella. María fue providente para la historia de la salvación aceptando ser la Madre del Redentor y darnos al género humano al autor de la vida.

 

San José. Como nos recuerda nuestro querido Juan Pablo II en su exhortación “Redemptoris Custos”, los esposos María y José son la primera pareja de la nueva creación, y al contrario que aquellos primeros padres, la fidelidad a Dios fue el principal sustento de estos esposos. Así también ponemos Providentia bajo la protección de San José, que estuvo siempre junto a María con una fidelidad atentísima, modelo para nuestra atención a la Iglesia; y Custodio de Cristo en la tierra, aceptando y cumpliendo así la voluntad de Dios. A él le pedimos que custodie y cuide nuestra asociación.

 

Su paternidad se ha expresado concretamente «al haber hecho de su vida un servicio, un sacrificio, al misterio de la encarnación y a la misión redentora que está unida a él; al haber hecho uso de la autoridad legal, que le correspondía sobre la Sagrada Familia, para hacerle don total de sí, de su vida y de su trabajo; al haber convertido su vocación humana al amor doméstico con la oblación sobrehumana de sí, de su corazón y de toda capacidad, en el amor puesto al servicio del Mesías, que crece en su casa» (RC 8). En San José, tenemos todos nosotros el modelo de la humildad y sencillez a la hora de nuestra misión de custodiar a la Iglesia y atenderla en sus necesidades. San José, no sólo custodió al niño, sino que también fue capaz de cuidarlo en los momentos difíciles de persecución. San José tuvo una vida muy oculta; Providentia tiene que llevar esa vida oculta para que sea la Iglesia la protagonista y que brille con luz propia. Que la actitud de entrega y fe en Dios que mostraron José y María sean las actitudes de los miembros de nuestra asociación.

 

Santa Teresa. A esta gran santa abulense, reformadora de su orden carmelita, en aquellos momentos tan trascendentes de la historia, tomamos como ejemplo y nos ponemos bajo su amparo y protección a la hora de acometer la nueva reforma de la Iglesia que nuestra asociación tiene como carisma. Esta mujer ejemplar por todas sus virtudes, destacando entre ellas su amor incondicional a la Iglesia, nos ha de servir de modelo en nuestro actuar. Cuando se insiste en el carisma de Providentia: “Amar y servir siempre a la Iglesia. Reformar y convertir dentro de la Iglesia”, hay que mirar la gran reforma que realizó Santa Teresa dentro de la Iglesia, en bien de la vida religiosa. Para reformar a la Iglesia hay que estar dentro, y desde ella, llevarla a cabo. Virtudes que hay que aprender de la Santa castellana y ponerlas en práctica. La reforma tiene que empezar por uno mismo, así lo hizo ella; estando atentos a lo que Dios pida y respondiéndole con mucha generosidad, es decir, con toda nuestra vida siempre al servicio de la Iglesia.

 

Las Fiestas de Providentia.-

 

  • 19 de marzo: San José. Se celebrará previamente una novena como preparación. Se rezará especialmente por las vocaciones y la santidad de los sacerdotes.-
  • Sábado anterior al tercer domingo de noviembre. Especial relevancia tiene esta fiesta en honor de Nuestra madre la Virgen de la Providencia donde consagramos nuestra asociación y todos sus miembros a ella.
  • 15 de octubre: Santa Teresa de Jesús. Se pedirá la intercesión de esta santa para que anime nuestro carisma de servicio y reforma.
  • Miércoles de la Semana de Pasión. Via Crucis por las necesidades de la Iglesia, y acto de desagravio.
  • 29 de junio: San Pedro. Día del Papa. Vigilia de oración por el Papa y sus intenciones.