Vigilia por el Santo Padre


Junio 2017.-
Junio 2017.-

El pasado día 28 de junio, con motivo de la festividad de San Pedro y San Pablo, los fieles de Providentia, acudimos en masa a las 21 horas a la Iglesia de la Preciosísima Sangre para la vigilia de oración para pedir por las intenciones, salud y santidad del Papa Francisco.

 

La Oración fue delante del Santísimo, que fue presidida y dirigida por el Padre D. Daniel María Moore Iziarry, de nacionalidad estadounidense - natural de Puerto Rico- que actualmente la Providencia lo ha llevado a la Diócesis de Córdoba.

 

En el acto hubo oración, meditación, liturgia, cantos y adoración, pero destacó el gran testimonio del Padre Daniel, que nacido en el seno de una familia protestante evangélica, sólo se nutría de la Palabra, y explicó que ante esta insatisfacción y vacío  que le creaba esta vivencia religiosa, a los 16 años, gracias a un amigo, fue a un retiro espiritual católico que le cambio la vida.

 

Tras ello, el Padre Daniel recibió el Bautismo y todos los sacramentos de la iniciación cristiana a los 17 años, un 25 de diciembre y es cuando a través del Espíritu Santo conoció realmente a Jesucristo en la Eucaristía. Teniendo que aguantar y soportar las incomprensiones y constantes burlas por una parte de su familia, que se acentuaron cuando decidió no estudiar la carrera de ingeniero e ir al seminario tras recibir la llamada a la vida sacerdotal.

 

Ingresó en la comunidad de los Padres Esclavos de la Eucaristía y de la Virgen María, lo que para él era la Iglesia. También conoció la vida de los Santos a los cuales ignoraba. Posteriormente a los 10 años se ordenó sacerdote. Nos relató cómo gracias a la oración y vida sacramental - especialmente la Eucaristía - ha encontrado la Luz, el Camino, la Verdad y el Amor porque Jesucristo da sentido a nuestras vidas.

 

Toda la vigilia de oración la ofrecimos al Santo Padre Francisco, para que a través del Espíritu Santo y con el amparo de la de la Santísima Virgen María, le de salud e ilumine para que continúe guiando con paso firme nuestra querida Iglesia. 

 

 

  Jorge Fernández Toro