Testimonio de Tiscar


Un viaje diferente.

Voy a contar mi experiencia en este viaje.

Al principio no tenía mucha ilusión por hacer este viaje ya que hace cuatro años había hecho el camino De Santiago y era repetirlo de nuevo... pero al final decidí ir.

Para mí el viaje se ha dividió en dos partes diferentes... primero el camino De Santiago y después Fátima.

En el camino De Santiago he tenido la oportunidad de valorar a las personas que me rodean y a encontrarme con Dios. Este camino era diferente no iba con un grupo de amigas y no sabía si me lo pasaría bien... y en el camino he podido aprender como en la vida hay gente tan buena que siempre tienen una sonrisa para ti, como existen sacerdotes y seminaristas que saben escucharte y sacarte una sonrisa y cómo puedes sentirte tan feliz en momentos que te duele todo el cuerpo... en la cara de cada una de esas personas que me escuchaban o me preguntaban cómo estaba yo veía a Dios. En esos momentos donde te duele el cuerpo y piensas que quieres seguir que no te vas a subir al autobus porque quieres seguir... en esos momentos te das cuenta lo que las personas pueden hacer por Dios...

Hemos tenido la suerte de ir con un grupo de niños pequeños que para mí han sido el gran ejemplo de esta peregrinación... cuando ellos rezaban o estaban en catequesis o en misa, en esos momentos yo he aprendido de ellos... he podido ver como niños tan pequeños pueden estar dispuesto y querían rezar un rosario.

Yo me sentía en familia!

Llegamos a Santiago y no pude evitar emocionarme cuando vi a mis padres que estaban esperándome para entrar conmigo a la plaza de la catedral, en ese momento valore la importancia de la familia y la importancia de tener unos padres que te quieren... todo eran emociones y sentimientos...

Pero sin duda esa misa en la catedral fue especial después de tantos kilómetros, con las reliquias de San Juan de Ávila en frente y a Dios más cerca... me sentía en paz me sentía feliz!

Al día siguiente tuve la suerte de poder ir a misa en el sepulcro del apóstol Santiago, fue una misa tan familiar y a la vez tan espiritual... por una parte pensaba tengo que pedir por todos los que me han dicho que pida, después pensaba en mi familia, y pensaba en mi pero llego un momento que desconecte de todo solo podía disfrutar de ese momento y de sentir que Dios estaba ahí y que debía hacer para responderle a Dios...

Acabo Santiago con muchas vivencias... pero llego Fátima.

Para mí Fátima ha sido un encuentro con mi fe. Allí me di cuenta, cuantas veces me he avergonzado por decir que iba a misa, que estaba dando catequesis o que estaba en algo relacionado con la Iglesia. Me di cuenta que aunque tenga 25 años y muchas personas de mi alrededor no me entienda, yo debo de ser como soy y estar muy orgullosa de tener la suerte de poder creer en Dios. En el viacrucis que hicimos por el camino que recorrían los pastorcillos con las reliquias, en ese momento estaba tan feliz de estar ahí que solo podía darle gracias a Dios.

 

Este viaje me ha dado fuerzas para darle sentido a la vida y ser capaz de decirlo al mundo.