Eran las 11:00 de la mañana y en la Casa de Espiritualidad de Aguadulce nos reuníamos un buen número fieles de Providentia con las perceptivas medidas de seguridad para esccuchar, meditar y orar en la antesala de la Cuaresma. Con el fondo del Salmo 90, un salmo de ánimo y confianza en el Señor, en el que el salmista se sumerge en oración antes de la batalla, nos animó D. Jesús a recorrer en camino de la Cuaresma con más determinación, con más urgencia que nunca, en un año recién pasado que nos ha marcado con el dolor y donde hay muchos corazones que sanar.
Un salmo que debemos leer en primera persona y a la vez, desde la perspectiva de Jesucristo que también se confío al Padre en los últimos instantes de su vida terrena. Ese gesto último es el que nos abre a la Resurrección.
Aprovechemos pues este tiempo favorable para que el Padre salga fiador por nosotros. Él lo está deseando ¿se lo permitiremos este año?
Tras la Exposición del Santísimo, estuvimos ensayando los himnos de San José que nos acompañarán en este año dedicado a la figura del Santo Patriarca. Todo ello de la mano de Marí Carmen y Eliseo que con siguieron calentar el ambiente y es que "el que canta ora dos veces".