Desmontado a Cleofás


 

Ayer día 17 de Abril, nos reuníamos en la Casa de Espiritualidad los miembros de Providentia para nuestro habitual retiro mensual y, aunque estaba anunciada la presencia de D. Rubén para dar el retiro de Pascua, obligaciones pastorales de nuestro querido sacerdote le impidieron acercarse hasta Aguadulce para estar entre nosotros e iluminarnos con sus palabras.

 

Pero como dice el refrán: “Cuando Dios cierra una puerta abre una ventana” y, ¡¡menuda ventana de aire fresco abrió!!

 

Bajo el signo de Emaús, Monseñor D. Antonio Gómez Cantero obispo coadjutor de Almería se presentó en nuestro camino y nos acompañó, explicándonos lo que en Isaías se decía sobre Jesús.

 

En su conferencia: “Desmontando a Cleofás” se fijó en los sentimientos de este discípulo de Emaús, que venía cariacontecido por el fracaso de Jesús en la Cruz, el gran profeta, el anunciado León de Judá que libertaría de nuevo y para siempre al pueblo judío, y que había acabado como un criminal muerto en una cruz.

 

Jesús durante ese camino, al igual que D. Antonio en su charla, fue recorriendo el camino desde el primer Isaías hasta el tercer Isaías donde el Mesías se muestra como el Cordero inmolado como  lo señalará Juan el Bautista y al que algunos de sus primeros discípulos siguieron.

 

Lo reconocieron al partir el pan, de la misma forma que en la última cena días atrás. La primera misa del nuevo tiempo y cuya actual estructura sigue este capítulo de San Lucas, como también nos argumentó D. Antonio.

 

Cleofás cambió su percepción del Mesías que le llevó a cambiar su propia percepción de discípulo, ahora ya no buscaría los primeros lugares a la derecha o la izquierda del Trono celestial, sino a la izquierda o derecha de la cruz.  Cambió su corazón y cambió su acción.

 

Nos comentó también D. Antonio que, tras las primeras apariciones donde los discípulos llaman a Jesús "maestro", quizá porque todavía tenían algo importante que aprender, pasan a llamarle "Señor" reconociendo su filiación divina y su acción salvífica. Podemos también nosotros decir que tras las enseñanzas de D. Antonio vemos con más nitidez a Jesucristo como nuestro Señor.

 

 

¡¡Gracias D. Antonio por su cariño y sus enseñanzas!!